El concepto de bienestar animal se suele relacionar con varios términos que pueden contribuir a crear confusión como: Protección animal, Conservación, Derechos de los animales, Vida natural. 

Estos, además se enfocan desde distintos planteamientos que pueden ser: colectivos, criterios personales, sistemas de valores o normas de legislación. 

Los conceptos relativos al Bienestar Animal cubren diferentes aspectos: científicos, de legislación y éticos. Los tres aspectos son importantes, pero conviene delimitarlos para aclarar las ideas. 

Veamos, por ejemplo, el planteamiento científico: para la Ciencia del Bienestar, se trata de determinar el estado en que se encuentran los individuos en sus intentos de estar en armonía con el medio y, para ello, se realiza una medición o valoración científica de la intensidad del esfuerzo o los efectos del fracaso en sobrellevar las condiciones adversas del medio. 

La Ciencia del Bienestar Animal se refiere al estado de los animales y no al cuidado o responsabilidad de los humanos hacia ellos. La valoración del grado de bienestar no resulta en dos alternativas únicas: o es bueno o es malo; por el contrario, una valoración rigurosa del grado de bienestar puede resultar en estados dentro de un rango continuo, variando desde muy bueno a muy malo.  

Lo más común es que se valore el estado de bienestar en animales que están en situaciones con algún grado de restricción: zoológicos, granjas, explotaciones ganaderas, terrarios, acuarios, etc. En estos casos, las valoraciones rigurosas pueden dar lugar a estimaciones variables de bienestar. 

Sin embargo, no se suele plantear si un animal en su medio natural está en un estado óptimo de bienestar, cuando puede sufrir estrés, acción de los predadores, enfermedad o malnutrición.